Si ya tienes tus finanzas personales en orden a través de una base financiera sólida… ¡Felicitaciones! Esto significa que estás tomando el control de tu plata. Ahora es momento de invertir y poner a trabajar tu dinero.
En este artículo te dejo 3 consejos que te servirán para tomar decisiones racionales al momento de comenzar a invertir.
1. Invierte en lo que entiendes
Actualmente comenzar a invertir es sumamente sencillo. Basta con crearte una cuenta en algún broker o administradora de fondos y estás listo para empezar a comprar ETFs, fondos mutuos o acciones con un sólo click.
Sin embargo, antes de saltar a comprar Tesla, Bitcoin u cualquier inversión de moda, es sumamente importante que tengas una comprensión básica del instrumento o negocio en el cual estás invirtiendo.
- ¿Conoces la diferencia entre fondos mutuos e ETFs?
- ¿Comprendes los fundamentales y proyecciones de la empresa que quieres comprar?
- ¿Entiendes como funcionan los créditos hipotecarios para adquirir una propiedad?
- ¿Puedes explicar de forma sencilla qué es una criptomoneda y cómo calcular su valor?
No quiero desmotivarte, solo recalco que es importante invertir en cosas que entiendes. De lo contrario, te estarás exponiendo a riesgos desconocidos y miedos innecesarios.
Como dice Warren Buffett, “el riesgo está en no saber lo que estás haciendo”.
2. Invierte según tu perfil de riesgo
Tus inversiones deberían estar alineadas a tu perfil de riesgo, el cual es el resultado de una serie de características que definen qué tipo de inversionista eres.
Al invertir de forma coherente con tu tolerancia al riesgo, puedes navegar con tranquilidad los movimientos del mercado (volatilidad), evitando incomodidad y estrés que pueden terminar por abrumarte.
Generalmente, los inversionistas se clasifican en 3 tipos de perfil de riesgo:
Conservadores
Inversionistas con baja tolerancia al riesgo y que valoran por sobre todo la seguridad y estabilidad de sus inversiones, aunque signifique tener una menor rentabilidad.
Moderados
Inversionistas cautelosos que se enfocan en el equilibrio de sus inversiones, buscando siempre un balance entre rentabilidad y seguridad.
Agresivos
Inversionistas con una alta tolerancia al riesgo a corto plazo para buscar la mayor rentabilidad posible de sus inversiones a largo plazo.
3. Invierte para el largo plazo
Una regla general respecto a cuándo invertir y cuándo ahorrar es: Invierte para el largo plazo, ahorra para el corto plazo.
Más allá de lo simple de la frase, esta se relaciona a tener claridad de tu objetivo financiero y tu horizonte de tiempo. Eso quiere decir, saber qué quieres hacer con tu dinero y cuándo estimas que lo necesitarás.
La principal razón para invertir a largo plazo es aprovechar la magia del interés compuesto, la cual hace que mientras más tiempo tengas invertido tu dinero, más crecerá.
Por ejemplo, digamos que tienes $1.000.000 y un horizonte de tiempo de 15 años para invertirlo.
OPCIÓN A: NO INVERTIR.
Si dejas ese $1.000.000 en el banco, este perderá su valor en el tiempo producto de la inflación. Es decir, en 15 años podrás adquirir menos cosas que las que puedes comprar hoy con esa plata.
OPCIÓN B: INVERTIR.
Asumamos que inviertes ese $1.000.000 en el S&P500 durante 15 años con una tasa de rentabilidad promedio de 10% (el histórico de esta inversión). Al final del periodo tu inversión habrá crecido sobre los $4.000.000. Puedes hacer tu propio cálculo aquí.
¿Ves? Invertir para el largo plazo es sumamente conveniente. ¡Comienza ya!
Resumiendo...
Si estás comenzando a invertir tu dinero, te regalo estos 3 consejos para que empieces con el pie derecho tu camino como inversionista:
- Invierte en lo que entiendes
- Invierte según tu perfil de riesgo
- Invierte para el largo plazo
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