¿Te has fijado que las cosas son cada vez más caras? No es una percepción solo tuya, sino que responde en parte a la inflación.
La inflación es el aumento sostenido y generalizado de los precios de bienes y servicios en un país a través del tiempo. Esto afecta directamente a nuestro bolsillo, ya que con la inflación nuestro poder adquisitivo disminuye.
Por ejemplo, digamos que la inflación de un país es de un 3% anual y que hoy con $1.000 puedes comprar 1 kilo de pan. El próximo año ese mismo kilo de pan costará $1.030 y en 10 años más costará $1.344. ¿Qué significa esto? Que el valor de $1.000 hoy será inferior al valor de $1.000 en el futuro, ya que podrás comprar menos cosas por esa cantidad.
La depreciación del dinero que genera la inflación es la razón por la que no debemos tener nuestra plata "haciendo nada" o descansando literalmente bajo el colchón. Por el contrario, tenemos que poner nuestro dinero a trabajar a través de inversiones.
¿Cómo enfrentar la inflación?
Para evitar que nuestro dinero o patrimonio pierda valor, es necesario invertirlo en instrumentos que generen una rentabilidad que supere a la inflación. Es decir, que nuestras inversiones crezcan más que el aumento de precios que genera la inflación.
Una buena alternativa es invertir tu plata en un portafolio de fondos mutuos o ETFs que tengan un balance de bonos y acciones basados en tu perfil de riesgo. Si no conoces qué tipo de inversionista eres (conservador, moderado o agresivo), puedes revisar este artículo sobre cómo elegir el riesgo de tus inversiones.
Si la inflación es Thanos, tus inversiones son Los Vengadores. ¿Qué esperas para armar tu equipo de superhéroes?
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