Todos necesitamos comer para vivir, por lo que la comida es una de las 4 paredes de nuestro presupuesto junto a los gastos de vivienda, transporte y salud. Sin embargo, a veces esa categoría se nos sale de las manos y gastamos de más.
Según la Encuesta de Presupuestos Familiares del Ministerio de Desarrollo Social, en promedio los chilenos gastan alrededor del 18% de su presupuesto en alimentación. ¿Eso es bueno o es malo? Depende. Si bien el porcentaje que asignes a la comida en tu presupuesto es personal, la recomendación es que esté dentro del 50% correspondiente a tus gastos básicos.
¿Cómo podemos optimizar nuestro presupuesto de alimentación? Aquí te entregamos 3 tips para ordenar tus gastos en comida.
1. Prepara un menú semanal
Al tener claro qué vas a cocinar durante la semana es más fácil no caer en arrebatos que pueden salirte caro, como "la pizza de último minuto" o "la comida china de emergencia". Intenta preparar comida para más de un día e incluir alguna receta vegetariana como legumbres y tortillas (son saludables y más baratas que comer carne todos los días).
2. Revisa tu refrigerador y despensa antes de ir a comprar
Antes de salir al supermercado o la feria, revisa con qué cosas cuentas ya en tu cocina. ¿Tienes verduras viejas? Prueba hacer una sopa. ¿Huevos? Bienvenidos los omelettes. De esta forma estarás aprovechando los alimentos disponibles y ahorrarás dinero, ya que tu próxima compra será menor.
3. Haz una lista de las cosas que necesitas comprar y respétala
Planificar tus compras con una lista te ayuda a enfocar tu visita al supermercado y evitar compras impulsivas. Como consecuencia de esta planificación, comprarás sólo las cosas que necesitas, no gastarás en ofertones innecesarios y comerás de forma más saludable. Si de todas formas sientes que hay muchas tentaciones, prueba realizar compras online de forma más directa y rápida.
¿Y dónde quedaron el delivery y las salidas a comer? Si bien están relacionados con la alimentación, no son esenciales para vivir. Al no ser indispensables, se les considera gastos personales, discrecionales o simplemente lujos, por lo que no entran al presupuesto de gastos básicos de comida.
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